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jueves, 22 de diciembre de 2011

LOS NIÑOS DE NADIE

 “Los niños de nadie” los cuales, por una razón o por otra, han pasado a manos del Estado, del centro o familia de acogida y de su familia biológica.
Cuando por muchas posibles razones se estima que una familia no puede hacerse cargo de un hijo/a, por norma general, en España estos niños pasan a estar bajo la tutela del Estado, pudiendo ser acogido en un centro profesionalizado o en una familia.
Existen dos tipos de recursos que utiliza el sistema de protección social a la infancia: la adopción y la acogida. Para los que no lo sabéis, la adopción, cuando es ratificada por el juez, es una medida permanente que rompe el vínculo del niño con su pasado. En cambio la acogida es una medida limitada en el tiempo. Es decir, las personas que acogen a un niño serán responsables de él durante un período que variará en función de las características del niño acogido y de las circunstancias puntuales de su propia familia. En principio, la finalidad de ambos es proporcionar a todos los niños que estén en situación de desamparo un contexto seguro, permanente y estable en una familia de forma temporal o definitiva, cuando la suya propia, de forma temporal o definitiva, no puede hacerse cargo de ellos adecuadamente.
En España hay más niños en situación de acogida que en adopción dado que nuestras leyes dan prioridad al cuidado del niño por parte de su familia biológica.
Esta opción trata de que los niños sean atendidos por una familia que sustituye temporalmente a la suya. Sin embargo, las Administraciones no encuentran suficientes familias dispuestas a aceptar estas condiciones (más abajo entenderemos por qué), como consecuencia, estos niños son amparados por las instituciones públicas, en sus centros de acogida o centros residenciales.
Una vez dicho esto ¿Debe ser siempre prioritario que la niña o niño sea cuidado por su familia biológica? ¿Dónde empiezan los derechos del niño y dónde acaban los de su familia biológica?
Es obvio que hay situaciones y situaciones, incluso que hay algunas en las que la intromisión del Estado puede ser exagerada y evaluar el bienestar del niño valorando los recursos económicos de una manera tan formal y burocrática que deje de lado a familias que viven, de alguna manera, al margen del sistema, sin que en realidad eso deba significar el malestar de sus hijos.
Pero ser familia biológica se es simplemente habiendo mantenido relaciones sexuales sin protección, después si eres buena familia o no es otro tema.
Este es un tema que me afecta directamente por diversas razones, que me preocupa y por el que he tenido diferentes vivencias en las que he podido ver como los niños han de pagar por lo que han hecho sus padres, por las decisiones irresponsables de éstos y en las que estos  han tenido derecho a hacérselo pagar, es por eso que quizá no pueda ser objetiva.
Pero en mi opnión, en algunos casos, sus lazos familiares pueden mantenerles hasta los 18 años en “standby” esperando el momento en que su familia se decida por responsabilizarse de ellos o seguir ahorcándole con sus lazos familiares.

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