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lunes, 19 de diciembre de 2011

LOS VINCULOS DE APEGO EN NIÑOS INSTITUCIONALIZADOS

      Los centros de protección de menores son lugares donde viven niños, (el caso que nos ocupa niños entre 0 y 3 años), que se encuentran en situación de desamparo, de riesgo social, o casos en los que se han producido casos de negligencia en los cuidados básicos del bebe por sus padres. Estos centros son temporales hasta que sean adoptados por otra familia o vuelvan con su familia tras haberse corregido los problemas por los que el menor entro en el centro.

      Permanecen dentro del centro en todo momento con los cuidadores que son los encargados de los cuidados básicos y sobre todo de ofrecerles seguridad y cercanía. A través de esta relación tan cercana los menores crean un vínculo afectivo con sus cuidadores “el apego”.

      El apego es un vínculo afectivo incondicional y duradero que se va construyendo, va creciendo y cambiando a lo largo de la vida.
Como ya planteó Ana Freíd en su día el potencial de apego siempre esta presente y cuando un niño siente la carencia de un apego, una figura a la que apegarse rápidamente, se fija en otra persona.
Bowlby   en los años 70 expuso que estos niños, (niños que están en centros institucionalizados), tenían dificultades a la hora de formar o mantener relaciones cercanas y se atribuía a la carencia que habían tenido de un fuerte apego con su madre en los primeros momentos de la infancia.

      Los cuidadores son un recurso temporal en la vida del niño e intentan que sigua una evolución lo más normal posible. Estos cumplen las funciones de seguridad y cercanía, lo que hace que los niños establezcan apego con ellos, mostrando signos de alegría al verlos y llanto cuando se van, y prefieren a sus cuidadores frente a otras personas. El apego que se establece con los cuidadores de centros institucionalizados se llama “apego de transición”, ya que su estancia allí es algo temporal.

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